Digital Castilla

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Región ADOLFO SUÁREZ ILLANA Y JOSÉ IGNACIO ECHÁNIZ

Dos ex de Castilla-La Mancha han acompañado a Pablo Casado durante su llegada al Congreso del PP

20 julio, 2018 17:02

Los candidatos a la Presidencia del PP, Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado, han hecho entrada este viernes en el Hotel Marriot Auditorium de Madrid, donde se celebra el Congreso Extraordinario del partido, acompañados de sus equipos y a los gritos de "presidenta" y "presidente" respectivamente.

La primera en llegar al cónclave ha sido la exvicepresidenta del Gobierno y lo ha hecho de la mano de parte de las personas que le han acompañado desde que anunciara que su candidatura para suceder a Mariano Rajoy.

Así, se le ha visto rodeada de la exministra de Trabajo Fátima Báñez; del que fuera jefe de Gabinete de Rajoy en la última etapa, José Luis Ayllón; el presidente del PP andaluz, Juan Manuel Moreno, y su secretaria general, Dolores López; y el exdelegado del Gobierno en Andalucía Antonio Sanz.

Nada más entrar en el recinto, un grupo de personas le ha recibido al grito de "presidenta", al que ha respondido con sonrisas y besos a partes iguales, los mismos que ha repartido en el Plenario donde se celebra el Congreso, donde también le han coreado varios "presidenta".

Casado llega segundo

Minutos más tarde llegaba a la cita para elegir al sucesor de Rajoy el que fuera vicesecretario de Comunicación del PP Pablo Casado, que también ha sido recibido con gritos de "presidente". En su caso, también ha entrado en el hotel flanqueado por buena parte de sus colaboradores.

Entre ellos se ha podido ver a Adolfo Suárez Yllana, hijo del expresidente del Gobierno y ex candidato a la Presidencia de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha; al miembro de la dirección del Grupo Popular en el Congreso y ex consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, José Ignacio Echániz; al diputado murciano Teodoro García Egea, y a los vicesecretarios del PP Javier Maroto y Andrea Levy.

Al igual que Santamaría, Casado ha entrado en el Plenario a los gritos de "presidente" y tampoco ha dudado en regalar sonrisas y posar para los asistentes que se acercaban a él para guardar un recuerdo con el que podría suceder a Rajoy.