Miguel Ángel Revilla. Foto: EP

Miguel Ángel Revilla. Foto: EP

Región ENTREVISTA EN 'EL ECONOMISTA'

Revilla desvela a Esther Esteban la promesa que le hizo Pedro Sánchez y que no cumplió

12 noviembre, 2020 18:30

La coeditora de EL DIGITAL CLM Esther Esteban ha entrevistado en El Economista a Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria y líder del Partido Regionalista. El que sin duda es el presidente regional más mediático del país ha dejado varios titulares, casi todos especialmente valiosos en la coyuntura en la que nos encontramos.

Sin pelos en la lengua, ha reconocido que su relación con Pedro Sánchez es "curiosa." En un primer momento asegura que "me vinieron a ver los popes del PSOE para que me sumara en su día al coro para cargarse a Pedro Sánchez como secretario general." Entonces, asegura que le dijeron que "este tío era un desastre, que iba a hundir al partido y que yo aprovechara que salgo en los medios para hacerle un 'trajecito a la medida'."

Sin embargo optó por desoír esos consejos porque "Sánchez ni tiene cuentas en Suiza ni es un chorizo, y a mí me parecía un tipo honrado," lo que ayudó a tener una "magnífica relación" cuando salió elegido líder de los socialistas.

Pero como el propio Revilla asegura, después "la cosa se complicó." Muy claro en sus postulados, no esconde que es "un radical en la defensa de la unidad de España aunque sea autonomista" y que no le han gustado ciertas maniobras del presidente.

"A mí Pedro Sánchez me dijo que gobernaría solo, con apoyos puntuales, y que jamás pactaría con quienes se saltaban la ley porque eso le quitaría el sueño, y de repente hizo todo lo contrario. Con los de Podemos se podía transigir, pero cuando empezó a montar reuniones bilaterales con los independentistas catalanes, le dije que yo no podía aceptarlo. Él cambió, prometió una cosa y luego hizo la contraria. Yo le puse incluso el ejemplo de que, es como si yo voy a El Corte Inglés a comprar un traje, me lo envuelven, llego a casa y hay un pijama. Pedro tiene muchas virtudes, entre otras que es muy tenaz, pero encaja mal cuando le llevas la contraria. Como yo no puedo dejar de decirle a la cara lo que pienso, pues me apartó," explica.

Echando la vista atrás, asegura que Ciudadanos cometió "un error histórico" cuando no quiso apoyar un gobierno socialista desvelando además que "aPedro Sánchez le encantaba hacer un pacto con Ciudadanos, y desde luego pactar con Podemos no era de su gusto." Del partido morado recalca el enorme cambio que han experimentado desde que están en el Gobierno. "La conversión de Pablo Iglesiasy ellos ahora no son el mayor problema del presidente. Otra cosa son el resto de compañeros de viaje," ese grupo de partidos como ERC o Bildu a los que "siguedando alas" pese a saber que "no van a renunciar a practicar ilegalidades."

En un momento tan crítico como el actual, Revilla no esconde que hubiese sido el momento perfecto para que PP y PSOE hubiesen se hubiesen sentado a pactar unos presupuestos de reconstrucción. Pero bajo su punto de vista esto no se ha podido llevar a cabo porque "el PP está atado por la aparición de Vox, que es para él demoniaca, porque tiene que seguir manteniendo un discurso para que no le quiten votos en el espectro de la extrema derecha."

Pandemia

La gestión de la pandemia es otro de los temas de los que habla Revilla. En este momento cree que "la presión de hospitales no es alarmante, pero si no frenamos la curva y seguimos a una media de 200 contagios diarios, llegará un momento en el que el 10% de ellos acabará en los hospitales y una parte en la UCI, y ese es el gran problema."

Respecto a la gestión, cuando en marzo se declaró la pandemia, critica que se dijera que "el Ejecutivo había dado prácticamente un golpe de Estado quedándose con todo el poder" cuando "las autonomías conocían mejor que nadie las medidas que se deberían tomar." Ahora, tiene claro que es positivo que las comunidades hayan tomado el control "actuando con una cierta coordinación."

De lo que sí está convencido es que si estas medidas no dan resultado y vamos a un nuevo confinamiento domiciliario "para la economía de España sería catastrófico, casi letal."