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Toledo JUICIO CON JURADO POPULAR EN LA AUDIENCIA PROVINCIAL DE TOLEDO

La mujer asesinada en Seseña fue estrangulada con un cinturón de manera violenta según el perito

6 noviembre, 2018 15:05

La mujer hallada muerta el 28 de enero de 2017 en una vivienda de la Urbanización 'El Quiñón' de Seseña (Toledo) fue estrangulada con un cinturón y la acción "duró muy poco tiempo" y fue "muy violenta", según uno de los peritos que ha declarado este martes, que ha datado la hora de la muerte en torno a las 23.00 horas del día anterior, con un margen de error de una hora por delante y otra por detrás.

Este médico forense ha relatado durante el juicio con jurado popular que se sigue en la Audiencia Provincial contra L.C.B.G --acusado del asesinato de su entonces pareja, del que se declara inocente-- que el arma homicida fue un cinturón, que la víctima sufrió erosiones y "golpes bestiales" contra la pared e la que había restos de sangre, lo que propició "múltiples" heridas en cara, nariz y boca, y luego fue estrangulada "por un golpe seco", para a continuación recibir otro golpe que le rompió el cuello.

Precisamente, la piel del cuello "dibuja" las marcas de un cinturón, que se corresponde con uno de los que se recogieron en la vivienda y que no presentaba células adheridas, como ha destacado, señalando que la acción "se hizo fácil y rápido" y duró "dos o tres minutos". También ha revelado que la colilla encontrada bajo el cadáver tenía ADN del acusado.

Todo ello, según ha relatado este perito encargado del levantamiento del cadáver, "duró muy poco tiempo", unos dos o tres minutos atendiendo a las lesiones que tenía la víctima, que "sufrió" y murió "con gran estrés", ya que la autopsia reveló que su corazón iba "a toda pastilla", según ha concretado durante la segunda sesión del juicio oral celebrada este martes.

También han declarado este martes una doctora que diagnosticó al acusado un "posible síntoma ansioso" ya que "tenía la tensión un poco alta y nada más", y el médico y enfermero que atendieron al acusado en el momento del hallazgo del cuerpo al día siguiente, y a quien, dado que estaba "dando voces" y preguntando qué es lo que había ocurrido, le dieron un diazepam --relajante--.

Hasta 99 mensajes en media hora

Del análisis pericial del móvil del acusado se ha evidenciado que el acusado mandó hasta 99 mensajes de WhatsApp a la víctima, con la que "parecía que había mantenido una discusión" previamente, entre las 23.45 y las 0.17 horas, enviado "cada pocos segundos" en los que se leía 'oe oe oe', 'jujuju', 'juli', 'por qué' o 'porfa' y que el Ministerio Fiscal ha considerado que "no dicen nada", en los que se mandan palabras entrecortadas y enviados "impulsivamente".

Previamente, las grabaciones de las cámaras de vigilancia instaladas en distintas zonas del bloque donde se ubica la vivienda en la que se encontró el cadáver, que se han visionado parcialmente durante la vista, muestran al acusado volviendo al edificio la noche anterior al hallazgo del cadáver durante 16 minutos, entre 23.41 horas y las 23.58 horas.

Esas cintas incluyen la última imagen viva que se tiene de la víctima en la planta del garaje, cuando a las 18.16 horas ella y el acusado volvían de hacer la compra cargados con bolsas. La última persona con la que habló la mujer fue su exsuegra, que se encontraba ingresada en el hospital, y con la que mantuvo una conversación durante poco más de un minuto.

El acusado, por su lado, y según las grabaciones, vuelve a salir a las 19.05 horas hacia la plaza de garaje. A las 23.41 horas aparece de nuevo, con algo en la mano, y se le ve salir, con el teléfono móvil encendido, a las 23.58 horas. Finalmente, a las 9.23 horas del día siguiente --día en que se produjo el hallazgo del cuerpo-- otro video muestra cómo regresa al edificio.

Con estas grabaciones se pudieron reconstruir los hechos y hacer recorridos cronometrados en subida y bajada tanto en ascensor como a pie por las escaleras, llegándose a la conclusión de que, incluso en la hipótesis en la que se perdiera más tiempo --la de que el ascensor bajase de la planta más alta al sótano -2 y luego subiera al tercer piso, donde vivían el acusado y la víctima--, siendo este recorrido de 2 minutos y 36 segundos.

El fiscal, a tenor de este dato, ha determinado que si a los 16 minutos que estuvo el acusado en el edificio por la noche se le resta ese tiempo, todavía le dejaría 13 minutos y 26 segundos.

El acusado estaba "muy nervioso"

Los distintos agentes de la Guardia Civil que han ido testificando a lo largo de la sesión y estuvieron en la vivienda el día del hallazgo del cadáver han relatado que el acusado no atendía "a razones" cuando le preguntaban sobre lo ocurrido, aunque llegó a decir que había discutido con su pareja y él se había ido de casa, y que había pasado la noche fuera de la vivienda hasta que había vuelto al día siguiente y había accedido a ella por una ventana a través del piso de una vecina.

Han coincidido en que L.C.B.G. "estaba muy nervioso" y solo decía "está muerta", "la han matado" y que costó que se identificara y que confirmara la identidad de la fallecida. Varios agentes han coincidido en que presentaba síntomas de haber bebido, como halitosis, hedor, ojos vidriosos y boca pastosa, e incluso de haber tomado drogas, ya que la mandíbula, como han indicado, se le movía como cuando se consume cocaína.

Otros dos guardias civiles han manifestado que la televisión que había en el dormitorio donde estaba el cadáver estaba encendida, y uno de ellos ha detallado que la casa "estaba bastante ordenada y muy limpia" y no apreciaron que nada estuviera forzado, "ni la puerta de entrada ni las ventanas" ni que existieran indicios de robo.

Los agentes que inspeccionaron el escenario del crimen observaron "claramente" que la muerte había sido "víctima de una agresión violenta" porque tenía "marcas por toda la cara y sangre en la parte frontal" de la misma, y también encontraron una colilla de tabaco "cilíndrica", no pisada, debajo del cuerpo cuando procedieron a moverlo.

Durante el registro, en el que se llevaron toallas, ropa y dos cinturones del acusado, encontraron una cartera que contenía un DNI que era de otra persona (y que uno de los agentes ha especulado con que usara también el acusado, teniendo pendiente un decreto de expulsión de la Delegación del Gobierno de Zaragoza que le prohibía la entrada durante cinco años en territorio español).

Incongruencias

Al acusado se le detuvo varias horas después de encontrarse el cuerpo "por varias incongruencias" en sus manifestaciones, y ya en el cuartel le dejaron descansar antes de declarar porque "no estaba bien". En su primera versión, tal y como ha referido uno de los agentes, dijo que se había ido por la tarde y no había vuelto hasta el día siguiente por la mañana temprano cuando "se encontró lo que se encontró", pero luego ofreció otras versiones distintas.

Fue el conserje del edificio el que confirmó que recientemente habían instalado un circuito cerrado de televisión con grabación de imagen en distintos puntos de la finca, centrándose las investigaciones en tres cámaras que captaban cualquier persona que entrase o saliese del portal de entrada a la vivienda desde la calle o subiera por la escalera que asciende de los sótanos; así como la planta -1 y la planta -2, identificándose a "todas las personas" que aparecen en los videos.

Los primeros que acudieron a la vivienda el día de los hechos fueron sin embargo dos policías locales, que han confirmado que el detenido --que se encontraba en el rellano de la casa con una vecina-- "estaba nervioso, inquieto"; se movía "de un lado a otro" y sólo decía "frases cortas". También que "a simple vista" no se le veían signos de lucha, herida o agresiones en las manos. Según su relato, L.C.B.G. decía que "no sabía" el motivo por el que había fallecido su mujer.