Buenos Humos

El retrato de García-Tizón

10 abril, 2018 00:00

Uno de los efectos indeseados de la implantación del Estado Autonómico fue la reproducción de la estructura de diecisiete miniestados en los que se multiplicaban por diecisiete los organismos nacidos del Leviatán naciente. Legislativo, ejecutivo y judicial se han reproducido pariendo en su seno ministerios regionales, consejerías, secretarías, subsecretarías y covachuelas de todo tipo y condición. Luego, con la gran explosión burocrática la multiplicación de cada uno de ellos trae la inevitable aspiración a reproducir todas las taras y comportamientos de una burocracia que aspira a justificarse por sí misma. Se considera normal que si en el Congreso de los Diputados o el Senado cada legislatura se cierra con la colocación de un retrato de su presidente, está más que justificado que los diecisiete parlamentos regionales hagan lo mismo. Y la cosa no para ahí, porque la manía de los retratos de los alcaldes que se incorporan a los salones de plenos de los Ayuntamientos no ha hecho más que crecer. La manía del retrato se extiende y ya no solo en instituciones políticas, sino en colegios o institutos que comienzan a hacer su propia galería de ilustres directores y convierten despachos y pasillos en una imitación laica y cutre de las salas capitulares de nuestras catedrales.  

Hace unos días era noticia la negativa del penúltimo presidente de la Diputación de Toledo, Arturo García-Tizón, a que se encargara a costa del erario público un retrato que se añadiría a la galería de sus antecesores en el cargo, y a uno, a bote pronto y sin ir más allá del titular, le había parecido que por una vez alguien empezaba a romper con una de esas manías que sólo sirven para alimentar el ego de los políticos y aumentar el gasto de la institución a costa de los de siempre. Luego cuando hurgué en la noticia caí en la cuenta de que lo que había detrás no era sino la respuesta de un hombre con la dignidad herida por la persecución a la que ha sido sometido desde que la coalición actual gobierna en la diputación. La respuesta de Arturo García-Tizón ha venido cargada de una lógica a la que cualquiera tiene muy poco que oponer: “Mal casa la reprobación de hace unos meses con la colocación de un retrato”.

Y es que, también hace unos meses, los tribunales han dejado claro que la comisión aprobada por la coalición gobernante en la Diputación de Toledo para reprobar a Arturo García-Tizón era nula de pleno derecho al haberse aprobado sin base legal ninguna y rematando la faena con la aprobación posterior del reglamento con el que había funcionado.

A uno le gustaría que el gesto de dignidad de Arturo García-Tizón sirviera para cortar con la mala costumbre del retrato, pero eso me temo, es otra historia a la que nadie renuncia.