Confidencial

Las perlas sin desperdicio de García-Page en el programa de Herrera

18 noviembre, 2019 00:00

Emiliano García-Page ha dado unos cuantos titulares esta última semana. Parte de la información nacional se ha centrado en la figura del presidente de Castilla-La Mancha por sus planteamientos distantes de Pedro Sánchez sobre la formación de gobierno y la posibilidad de que tenga que depender de partidos separatistas. Como ya hemos comentado en este Confidencial, Page, siendo tibio en algunas de sus consideraciones, se ha diferenciado del resto de actuales dirigentes regionales del PSOE en que al menos ha expresado libremente su opinión sobre el asunto, que no coincide del todo con la de su secretario general, Pedro Sánchez.

Page ha estado sembrado en algunas de sus declaraciones y se hubieran podido hacer algunos titulares jugosos de haber bajado al detalle. En la entrevista del viernes en el programa de Carlos Herrera en Onda Cero soltó algunas perlas que van más allá de la retórica o de la capacidad para construir frases ingeniosas. Contó, por ejemplo, que había felicitado a Pedro Sánchez en la noche electoral sin hablar con él. Lo hizo a través del guasap, igual que hace en muchas ocasiones con sus consejeros. Con lo del guasap decimos que hablamos con un montón de gente cuando en realidad hablar, lo que se dice hablar, no se habla casi con nadie. Page fue sincero. Quizá porque se trataba de Pedro Sánchez. Aparte de la coincidencia en los mítines de la pasada campaña electoral, parece que hace tiempo que no hablan personalmente. Ni siquiera por telefóno.

Siempre bien informado y asesorado por su gente de prensa (Regatero al frente), lo primero que hizo Page en Onda Cero fue felicitar a Carlos Herrerapor el Premios Ondas que había recibido en Barcelona la noche anterior. Herrera debió celebrarlo hasta tarde porque esa mañana no se oyó su voz en la emisora de los obispos, lo cual no impidió que Page mandara una cariñosa felicitación a la estrella de la radio.

En la misma entrevista dejó una de las perlas más celebradas cuando dijo que comprendía a Pedro Sánchez porque también a él le había quitado el sueño Podemos. Tanto fue así que se vio forzado a meterles en su Gobierno, pero a la postre con resultados muy favorables porque no solo neutralizó a sus dirigentes en la región sino que los enfrentó entre sí y los anuló electoralmente. En cualquier caso Page subrayó que había pactado con ellos a la fuerza. Sánchez no tanto porque tiene otras alternativas, y quizá serían más del agrado de Page.

En ese ambiente de confianza con la presentadora del programa de Herrera, Pilar García Muñiz, el presidente castellano-manchego confesó que toma pastillas para dormir desde antes incluso de que entraran los de Podemos en su vida política y citó aquello de que "los hombres se dividen entre los que toman pastillas para dormir y los que directamente no duermen". En todo caso, dijo, le pagan para que "aunque no duerma yo pueda dormir la gente".

Se quedó Page con ganas de hablar de educación tras la marejada creada por la ministra del ramo, Isabel Celaá, pero la periodista no tuvo reflejos suficientes para hacerle la pregunta del día. Hubiéramos oído a Page defender los derechos de las familias y la libertad de enseñanza, otra diferencia con el Gobierno de Sánchez.

Apenas una hora más tarde el presidente del Ejecutivo castellano-manchego intervenía en la apertura de un Congreso de Formación Profesional en Toledo. Y como el que no quiere la cosa, lanzó un misil contra los promotores del Informe Pisa que todavía retumba en el Palacio de Congresos toledano. Recordaba el presidente autonómico que en España la FP "se consideraba como un apartadero", algo que ocurría "en la propia sociedad". "Tenemos que hacer un discurso positivo del sistema educativo. Yo no creo que en España funcione mal, no estoy de acuerdo con el Informe PISA", dijo, sugiriendo al amplio auditorio que los impulsores de dicho estudio "vienen a pedir dinero".

Como se lo tomen a mal los de Pisa, la Educación de Castilla-La Mancha no levantará cabeza en mucho años en la estadística de los que trabajan, a juicio de Page, solo por la pasta.