"A ti, que estás dudando si votar a Page o a Blanco". Es el título del post que una excompañera de José Luis Blanco en el ayuntamiento de Azuqueca de Henares ha publicado en Twitter con graves acusaciones hacia el rival de Emiliano García-Page en el proceso de primarias en el que se elige al secretario regional del PSOE de Castilla-La Mancha. La autora, Sandra Yagüe Sabido, es una antigua concejala del ayuntamiento de Azuqueca de Henares (Guadalajaara), donde coincidió con Blanco cuando éste era también concejal. Ahora es alcalde, pero algunas de las denuncias de Yagüe acusándole de falta de moralidad, de censor, falto de transparencia, profundamente machista, antidemocrático y mentiroso, deberían servir para abrir un expediente para inhabilitarlo no solo como candidato sino también como alcalde. Sobre todo teniendo en cuenta que las denuncias proceden de una compañera de partido (milita en la agrupación de Azuqueca) que lo ha conocido muy de cerca durante años. No es el único alegato contra el rival de Page surgido en la localidad de la que es alcalde, donde incluso algunos de sus concejales han firmado un manifiesto para que no presentara su candidatura a las primarias.

Aunque extenso, ofrecemos el texto de Sandra Yagüe íntegro dada su actualidad e interés:

"Tú probablemente no sepas nada o casi nada de José Luis Blanco. Quizás sólo que él dice ser de Pedro Sánchez y repite que representa a la militancia.

Yo puedo decir que José Luis Blanco no es Pedro Sánchez. No representa los valores salidos del 39 Congreso Federal del PSOE. No es la persona adecuada para hablar de transparencia, de democracia o de participación de la militancia. No lo es porque son valores que no ha practicado como secretario local del PSOE en Azuqueca, ni como concejal ni ahora como alcalde.

Digo esto desde la experiencia de trabajo en el mismo equipo de Gobierno y en la misma agrupación local. Y lo digo porque como socialista creo y defiendo el derecho de cualquier militante a presentarse a un cargo de representación y, a la vez, el derecho de la militancia a que no se le mienta intentando aparentar lo que no se es por parte de quien aspira a representarla.

Cuando he comentado con algunas personas compañeras que había dedicado un rato a escribir esto, me han pedido que no lo publicase porque lo utilizaría para victimizarse. Es un recurso muy habitual porque la tendencia natural nos lleva a proteger a las víctimas. Por eso quien no tiene argumentos, quien rehúye el debate suele utilizar la victimización, ya escribí una reflexión sobre la victimización hace un tiempo. Seguro que esto que ahora escribo lo utilizará para eso, pero a mí me parecen inmorales muchas de las cosas que, según leo y escucho en los medios sociales, está utilizando en su campaña. Y creo que es mi obligación decirlo porque aquí la única víctima es la militancia, que está escuchando cosas que no son verdad sin saberlo. Creo que para elegir libremente hay que conocer la verdad y con este ánimo escribo esto.

José Luis Blanco tiene muchos valores. No está en mi ánimo negarlo. Es perseverante, tiene ambición, es optimista, etc. Si se presentase ante la militancia diciendo que quiere ser secretario general del PSOE de Castilla-La Mancha porque quiere satisfacer un deseo personal o echarle un pulso a Emiliano García-Page me parecería legítimo. Equivocado pero legítimo, porque podría ser cierto. Pero presentarse argumentando que quiere dar participación a la militancia, renovar la política, hacerla transparente o abrir las sedes es, sencillamente, un engaño a la militancia.

Por eso, conociéndole de años de trabajo conjunto, me veo en la obligación de deciros a las personas compañeras de la región que le conocéis de un encuentro de una hora, que los principios y valores que preconiza José Luis Blanco en sus discursos no son los que practica en su día a día. Pondré algunos ejemplos de lo que digo.

Soy militante de la Agrupación Local del PSOE de Azuqueca de Henares, la agrupación de José Luis Blanco. Como el resto de mis compañeras y compañeros, me enteré de que quería presentarse a la Secretaría General en Castilla-La Mancha por la prensa. Tres días antes habíamos tenido Asamblea Local a la que, como en la mayoría de ocasiones desde que es alcalde, no fue. Duele leer y escuchar que está en proceso de escucha activa de la militancia. ¿De cuál? ¿Somos acaso menos la militancia de Azuqueca? ¿No tenemos derecho a que se nos escuche? Es triste, de verdad que lo es. Y ésta es una práctica por desgracia muy habitual en él. Lo hizo cuando fue Secretario Local, cuando fue concejal y ahora que es alcalde. No respeta a quien discrepa, ejemplo de ello es también la censura a comentarios en sus perfiles en medios sociales.

Como concejal era el menos transparente de todo el equipo. Con diferencia. Teníamos mandato directo del alcalde de contestar siempre a la oposición. El único que no lo hacía era él. Decía que no estaba para perder el tiempo. Esa falta de respuestas a la oposición supuso, entre otras cosas, una denuncia del PP que acabó con su imputación y la de Pablo Bellido, por injusta añadidura. No puede hablar de transparencia. De verdad que no puede. No solo por esto, que no está nada mal, sino porque siendo alcalde suscribió un acuerdo de gobierno con un trásfuga y lo hizo sin consultarlo con el partido y ni siquiera con sus compañeros de Gobierno. O porque ha sido capaz de cesar de funciones a un concejal que le pidió explicaciones por cuestiones que consideraba irregulares sin dar explicaciones a sus compañeros de equipo. Ni al partido, por supuesto.

Tampoco es el más adecuado para hablar de democracia. En la anterior legislatura vivimos en el Ayuntamiento de Azuqueca un momento de democracia interna irrepetible. Votábamos las decisiones entre todas las personas del equipo, al mismo nivel el alcalde, que las personas concejalas o las que trabajaban en Alcaldía o en el Grupo Municipal. En ese contexto, él amenazó en varias ocasiones con dimitir si no se hacía lo que él quería. Sin tener en cuenta el daño que podría hacer al proyecto ni al partido, porque en ese momento era también secretario local. Ese es el respeto democrático que ha practicado y por eso me duele tanto escucharle ahora de democratizar el partido.

José Luis Blanco dice que quiere trasladar a Castilla-La Mancha los principios emanados del 39 Congreso Federal. Son principios que están en el ADN de la militancia del PSOE: la igualdad, la transparencia, la participación, la democracia, el respeto, etc. El PSOE es eso. Mucho más que cualquier partido. Son principios y valores que nos guían desde nuestra fundación, por los que sentimos un profundo orgullo y que, como muchas personas, trato de poner en marcha en mi día a día. Digo con profunda tristeza que José Luis Blanco no.

Escucho ahora que quiere un partido feminista. Lo escucho ahora, con lo que he tenido que aguantar yo, faltas de respeto por parte de parte de él e insultos de personas que ahora posan junto a él en reuniones de equipo y asambleas por defender esos valores. El lenguaje inclusivo era una chorrada, si no toleraba chistes machistas era porque no tenía sentido del humor, si vigilaba que cualquier espectáculo que llegaba a Azuqueca no tuviera tintes sexistas es porque era una exagerada. ¡Y ahora hablan de feminismo! Quienes me conocen saben que he dedicado y dedico mucho esfuerzo diario para tratar de visibilizar desigualdades y transformar mi entorno en un espacio más justo y no puedo soportar que se utilice para intentar buscar un rédito político cuando en realidad no cree en ello.

Yo le pido que diga con honestidad lo que le mueve a presentarse, pero que no engañe a nadie, porque no merecemos eso. No podemos construir el futuro de nuestro partido y de nuestra región sobre la mentira. Y la verdad es que los valores que Pedro Sánchez quiere aplicar al PSOE no están en José Luis Blanco. Blanco no es Sánchez. Ni siquiera es el candidato que éste apoya. No pongo en duda que a Blanco le gustaría ser Sánchez y ocupar su lugar.

¿Quieres votar a José Luis Blanco? Hazlo. Pero no esperes más democracia interna, más respeto a la democracia ni más respeto en general. Las personas compañeras de la pasada legislatura pueden dar fe de que lo que digo es cierto.

Yo le voté para que fuera alcalde y le apoyo en eso, pero no creo que como secretario general de Castilla-La Mancha nos vaya a convertir en un partido más fuerte ni capaz de vencer a la derecha, que es para lo que estamos.

No soy ingenua. Sé que esto traerá problemas para mi entorno social y mi contexto personal o que, como le pasó a mi compañera Tere, quien no le conozca empezará a insultarme. Prefiero soportar eso a contribuir a que se engañe a la militancia".