De Memoria DE MEMORIA

Ayunos en lecturas y borrachos de poder

10 julio, 2017 00:00

El reciente congreso del Partido Socialista ha finalizado tal y como se preveía, con la victoria aplastante en todos los frentes del renacido o reinventado Pedro Sánchez. Pero, a pesar de la moderación del discurso y los documentos aprobados, en la línea de la socialdemocracia más respetuosa con la economía de mercado, el frente mediático-oligárquico no ha dado tregua, y trata de recomponer la oposición  interna, en el seno de una organización que los poderes reales de nuestro país aún consideran útil para el mantenimiento del statu quo. De ahí, de ese miedo de los muy poderosos a una vuelta a la situación anterior a la crisis, en salarios y contratos, -que tampoco era para tanto- nace esa campaña furibunda contra el “nuevo PSOE”, con risibles acusaciones de podemización.

A pesar de tener en nómina, el IBEX 35,  a una larga lista de “socialistas históricos”, tanto de los primeros gobiernos de Felipe González, como de los de Rodríguez Zapatero, ello no ha sido suficiente para reconducir las cosas a su conveniencia, por lo que puede que los días de muchos de aquellos socialistas, como beneficiados de las migajas del capitalismo estén contados; ya no son útiles para los fines que se perseguía con esas millonarias “colocaciones”. Da la casualidad que, casi sin excepción, los méritos acreditados para ocupar esos suculentos cargos,  en los que el único trabajo consiste en  ir a aburrirse a reuniones una o dos veces al mes, no son otros que haber pasado por altos cargos en ministerios clave, o por el Consejo de Ministros, eso sí, portando carteras como Obras Públicas (ahora Fomento), Comercio y Turismo,  Defensa, Sanidad, Agricultura o Hacienda.

Si con el caso Nóos quedó patente que la Infanta lista, esa que nos presentaban como una gran directiva de la Caixa,  difícilmente pasaría el examen para cajera de un supermercado, con muchos ex ministros y ex altos cargos ocurre algo parecido, y la lista de ganapanes sería interminable. Un ejemplo de político “riguroso” en su trabajo, tal y como pregona todos los días, es Cristóbal Montoro, cuyas decisiones, como la amnistía fiscal, nos han costado unos cuantos miles de millones, tal y como ha quedado patente con la sentencia del Tribunal Constitucional que anula aquella decisión, pero no sus efectos. El aún ministro de Hacienda todavía no ha sido premiado por los méritos contraídos, sin embargo sí lo fue en su día la socialista andaluza Magdalena Álvarez, que se vio obligada años después a dejar el chollo, tras su imputación en el caso ERE. La avería que nos dejó la ex ministra de Fomento nos ha costado 1.494 millones de euros, según  sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, al condenar al Estado a indemnizar a Abertis por el fiasco de la autopista de peaje entre Salou y La Jonquera; y todo por un contrato leonino para el ministerio de Fomento, en el que, por aquello del capitalismo de amiguetes, Abertis no arriesgaba nada, y, no solo eso, si no que sí no se cumplían unas expectativas determinadas de ganancias, que nadie se creía, el Estado, es decir, los contribuyentes, le hacíamos un regalo como el que ha señalado la sentencia.  A pesar del informe del Consejo de Estado que desaconsejaba el despropósito, la jacarandosa ministra firmó el contrato, con grandes albricias en la otra parte contratante, que no se había visto nunca en parecido negocio, menos aún en Francia, país en el que opera bajo la denominación de Grupo Sanef.

Resulta que Abertis es una sociedad que nació en 2002, pero venía de lejos, pues se fundó al fusionarse Acesa y Áurea. Para no aburrir, con datos que puede encontrar el lector apenas se ponga a ello, diremos que usted lector, tome la dirección que tome este verano, ya viaje al Sur, a Levante o al Norte de España, encontrará, bajo distintas denominaciones, autopistas de peaje de Abertis, también si viaja a Argentina, Chile, Colombia, Brasil o Puerto Rico. También Abertis es propietaria de grandes empresas en el sector de las telecomunicaciones y tiene la mayoría del capital en el operador de satélites Hispasat. Pero no, no fue en esta empresa donde se “colocó” Magdalena Álvarez, pero he querido utilizar la percha de la “avería”, para aproximarnos un poco al ambiente en el que se mueven los altos intereses de las empresas del IBEX 35 y porqué a este colectivo y a otros no les parece nada bien que Pedro Sánchez haya regresado a la dirección del PSOE. Para completar el retrato diremos que el presidente de Abertis es Salvador Alemany, vinculado también a La Caixa y presidente del Patronato del Gran Teatro del Liceu; en su día fue también presidente del Consejo Asesor para la Reactivación y el Crecimiento de la Generalitat de Catalunya. En el consejo de Administración de Abertis no solo están representados grupos financieros y empresariales, como la propia Caixa y Telefónica, también están como “independientes” algunos  políticos, como la ex diputada socialista María Teresa Costa Campi, que fue presidenta de la Comisión Nacional de la Energía en tiempos de Rodríguez Zapatero, y algunos convergentes, entre ellos, como no podía ser de otra manera, el mismo Miguel Roca Junyent, que ocupa la secretaría del Consejo. En otra ocasión señalé el papel relevante de La Caixa en todo lo que tiene que ver con la Casa Real, a través de Isidro Fainé,  y en particular con el mantenimiento de un alto tren de vida en Suiza por el matrimonio Urdangarín-Cristina de Borbón

La lista de socialistas que ocupan cargos, en el cogollo del capitalismo que decían combatir, se eleva a más de cien, de cierta relevancia, entre los que habría que sumar a Felipe González y a Elena Salgado, sin contar otra larga lista de aquellos que montaron un negocio propio, de asesoría financiera, o tributaria. Otros a añadir a la lista de premiados  con bicocas serían aquellos que se quedaron por el morro con alguna que otra empresa del viejo INI o de la intervenida RUMASA. En algunos casos estos ciudadanos se desvincularon del partido al que todo debían, pero otros siguen afiliados y pretenden controlar desde la sombra una organización en la que ya no se reconocen. Los cambios han sido enormes y recíprocos en los últimos años, pero la lejanía que tienen del socialismo todos estos ricos sobrevenidos bien merecería una caricatura, que nos los retratase como ayunos de lecturas y borrachos de poder.   

Pero termino como empezaba, con la resurrección de Pedro Sánchez y su presunta proximidad con Podemos. Es muy posible que dentro de unos años se estudien en las facultades de Ciencias Políticas dos fenómenos de nuestra reciente historia. De una parte la irrupción de Podemos, un partido que tiene su origen en un movimiento de protesta que tuvo su momento álgido el 15 de mayo de 2011, y que poco después se presentó a todas las elecciones, con resultados espectaculares para un grupo que salía de la nada; y de otra, pero muy relacionado con lo anterior, la historia de una conspiración para hacer caer al secretario general del PSOE, con la finalidad de que el Partido Popular continuase en el gobierno, a pesar de haber sufrido un severo revés electoral, lastrado ayer y hoy por la corrupción. Aunque supongo que el avisado lector tendrá su opinión formada, no está demás abundar en lo que vincula las dos historias, es decir, no habrían ocurrido las cosas de igual modo sí la formación que lidera Pablo Iglesias no hubiera hecho su aparición en el panorama político, llevándose en buena lid la mitad del electorado socialista, y por ello se puede afirmar que mienten a sabiendas quienes desde la butaca de un consejo de administración de una compañía eléctrica, o desde la bicoca del consejo editorial de PRISA, comparan sin matices los resultados pésimos obtenidos por Alfredo Pérez Rubalcaba en las elecciones del 20 de noviembre de 2011 con los obtenidos por Pedro Sánchez en los comicios del 20 de diciembre de 2015 y “mejorados” a la baja en la repetición del 26 de junio de 2016.

Aún se comentan en las tertulias radiofónicas y televisivas las pasadas elecciones primarias socialistas, no solo por el proceso de conformación de la nueva dirección que encabeza Pedro Sánchez, tras el congreso federal, si no por las mejores expectativas que anuncian las encuestas. Asistiremos en los próximos días a conversiones al sanchismo impensables no hace mucho, y si no al tiempo. Dejo para otro día mi visión de lo que ha ocurrido en el seno del PSOE de Andalucía, y porqué toda una presidenta de un gobierno regional y secretaria de la más potente federación socialista, con todos los apoyos de los poderosos de este país,  ha perdido la partida frente a un ex secretario defenestrado y traicionado por sus colaboradores, que no tenía más apoyo que el de unos cuantos miles de afiliados de base, muchos de ellos ya mayores, que no han ocupado cargos públicos ni aspiran a hacerlo, pero que pisan la calle todos los días y  que están próximos a lo que sienten y padecen parados, amas de casa,  jóvenes sin esperanza y modestos pensionistas.