Castilla-La Mancha tiene un enorme potencial turístico que hay que seguir explorando. Nuestra comunidad dispone, no sólo de una privilegiada y favorable posición geográfica, sino también de una excelente variedad de posibilidades turísticas en todos los órdenes: natural, patrimonial, cultural, gastronómico, rural y paisajístico, entre otros, con dos ciudades como Toledo y Cuenca que son Patrimonio de la Humanidad y una extensa red de atractivos y servicios para el turismo de calidad que son cada vez mejores y más preparados.

Es palpable que el turismo crece de forma significativa en Castilla-La Mancha desde hace años, pero también es evidente que todavía existe margen para impulsar esta actividad mucho más y mejor. Se puede y se debe trabajar más activa e intensamente desde las instituciones públicas para convertir a Castilla-La Mancha en una potencia turística, si bien hay que reconocer que tanto la Junta de Comunidades como las Diputaciones, ayuntamientos y otras entidades se han tomado desde hace año este asunto en serio y desarrollan proyectos en la buena dirección.

Con estos objetivos Castilla-La Mancha presentará un gran espacio en la Feria Internacional de Turismo (Fitur 2018) que se celebrará en Madrid del 17 al 21 de enero y que, como en cada edición, contará con una buena y nutrida representación de los valores y atractivos castellano-manchegos. La consejera de Economía, Empresas y Empleo, Patricia Franco, ha presentado esta semana el stand, el lema y los contenidos de esta presencia de Castilla-La Mancha en Fitur y está claro, al margen de las críticas que se puedan hacer, que existe una clara y firme voluntad de apostar por el turismo como fuente de riqueza, desarrollo y progreso para Castilla-La Mancha.

Buena suerte, por tanto, a los impulsores de esta iniciativa en todas las Administraciones públicas implicadas y que Castilla-La Mancha, modestamente pero con ambición, pueda ir cumpliendo poco a poco sus objetivos.