El Alcaná

Sonrisas y lágrimas (del PP)

8 octubre, 2018 00:00

Francisco Núñez ha sido proclamado presidente del PP de Castilla-La Mancha en el decimocuarto congreso de esta formación política que celebró ayer en Albacete. Fue la única condición de Cospedal antes de anunciar su adiós y poner en marcha el calendario precongresual. Era su despedida de la región después de doce años intensos en los que le ha dado tiempo a todo y quería que fuese en su ciudad. Sus padres la arroparon ayer, igual que su marido y su hijo. Al final, tras tantas victorias, sinsabores y reveses que tiene la política, siempre queda la familia.

Fue un congreso de lágrimas y sonrisas. Vicente Tirado se marchó entre el reconocimiento unánime de la militancia. Cogió un partido roto y lo unió con un trabajo callado y silente, cuya única condición era la lealtad a Cospedal. El llanto de Vicente en un congreso es lo mismo que el sol y las nubes en el cielo, forman parte del paisaje y lo echaremos de menos. Le dije en los pasillos que su discurso había sido como el de Sancho al final de su gobierno en la Ínsula Barataria: “Desnudo llegué, desnudo me hallo; ni pierdo ni gano”. Y se me echó a llorar otra vez. Mari Carmen, su esposa, que tiene para escribir un libro y es una profesora de literatura estupenda, me dijo que ya venía emocionado de casa.

También lloró Cospedal, la mujer de hierro, al principio y al final. Se le quebró la voz y eso que fueron muchos los días de su gobierno en que tuvo que demostrar tal dureza que parecía de piedra. Y, sin embargo, tiene su corazoncito. Creo que no deja la actividad política y se irá a Bruselas, después de hablar con Casado. El nuevo líder de la derecha entró al Palacio de Congresos de Albacete como un superstar, haciéndose selfies con todo el mundo. Después puso a Pedro Sánchez y los catalanes a caer de un burro. Casado es de la nueva generación pepera que ha perdido los complejos de Mariano. Su reto es entenderse con Rivera y ver qué puede salir de ahí. De momento, ayer comparó a Junqueras con Tejero y dijo que había presos de primera y segunda. Se ha quitado un máster de encima y se le nota.

Francisco Núñez también lloró, sobre todo, cuando nombró a sus amigos, padres y suegros. Dijo que su suegra le había dejado las llaves de las casas de Toledo y Guadalajara para que no tuviera que viajar de noche durante la campaña de primarias. Especialmente emotivas fueron las palabras hacia su mujer, Fátima, a quien conoció en Nuevas Generaciones. Sin embargo, ella no lloró o yo no la vi. Mantuvo el tipo. Sabe lo que es la política y los sacrificios que implica. Ahora vendrá lo más gordo.

Enfrentarse a García-Page no es cuestión menor. El presidente de la Junta es uno de los políticos más inteligentes que conozco hasta el punto de ganar Toledo en el once, en pleno tsunami Zapatero. La batalla se presenta enconada y apasionante. El peperío deberá demostrar inteligencia y restañar las heridas abiertas en primarias. Carlos Velázquez estuvo ayer en Albacete, pero muchos de los suyos, no. La clave está en la unidad, no se cansaron de repetirlo Cospedal y Tirado. El presidente de Murcia también andaba por allí. Habrá que blindar las lágrimas en plena guerra del agua. Las espadas están en lo alto y lo mejor está por llegar.