El Alcaná

El Puente de Alcántara

26 noviembre, 2018 00:00

Toledo cumple este lunes treinta y dos años desde que fue proclamada Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Cuenta Joaquín Sánchez Garrido, alcalde socialista entonces, que a la vuelta fueron cuatro quienes descorcharon alguna botella de cava en la Puerta de Bisagra, pues tampoco los vecinos tenían muy claro qué era aquello. Pasado el tiempo, se ha demostrado que fue un aldabonazo importantísimo para el futuro más próximo de la ciudad, pues se tomó conciencia de lo trascendente que resultaba la conservación del patrimonio, su adecuación, rehabilitación y todas las posibilidades que ofrecía. Tres décadas después, habiendo pasado el efecto Greco, que fue un hito del que hablarán generaciones venideras, la ciudad sigue de moda. Camina a paso lento, pero firme, con las dificultades que plantea el desafío de un entorno patrimonial. Por eso, hay algunas polémicas que me resultan baldías, estériles y abracadabrantes.

Una de las frases más brillantes que escuché al llegar a Toledo fue de Juan Manuel de la Fuente, concejal de Conde y Molina, con el que entablé una buena amistad. Decía que Toledo era una ciudad milenaria hasta para los problemas, pues los pasaba de milenio a milenio. Y así estamos desde entonces con la Vega Baja, el hospital, el río Tajo y los mismos problemas per secula seculorum. Hay que sentar una premisa básica, en la que yo creo existe un elevadísimo consenso social. Toledo es su patrimonio y su historia. Y a partir de ahí sale lo demás. Quien vaya contra esos dos pilares, va directamente contra Toledo y su corazón de piedra. De ahí, a lanzar catapultas y hostias como panes en las redes sociales por asuntos menores, hay una abismo tan sideral como bajar nadando las aguas del Tajo desde Aranjuez a Toledo.

Lo ocurrido en el Puente de Alcántara es un desafortunado incidente de la empresa que lleva a cabo su iluminación artística. Llueve sobre mojado porque se trata del segundo en el mismo monumento dos años seguidos. Ahora los técnicos valoran lo ocurrido y dicen que la situación es reversible y no se ha dañado lo sustancial del puente. Se han ocasionado desperfectos en el suelo con una radial. Lo que no puede decirse es que haya supuesto un atentado gravísimo contra el patrimonio histórico de la ciudad, porque no es cierto. El solado del Puente de Alcántara es franquista, como el canto rodado de muchas calles de la ciudad. Hay fotos del año 41 donde se observan carruajes cruzando por un camino de tierra. No se ha perforado ni se ha caído una torre del puente. Habrá que reparar el daño, pero con serenidad y tranquilidad de ánimo, no vociferando como locos a través de redes o mensajes incendiarios. Además este tipo de situaciones ocurren cuando se intenta mejorar lo que existe. Es una desgracia que, tratando de embellecer un monumento, ocurra un contratiempo como este. Decir que Tolón se carga el patrimonio es coger la radial para hacer papiroflexia.

Algo similar ocurre con Puy de Fou, asunto sobre el que ya me he pronunciado en varias ocasiones. Este viernes hubo una jornada promovida por los antipuy, donde expusieron algunas quejas razonadas del impacto que puede generar el parque. Sucede, sin embargo, que la solución que ellos ofrecen es la misma de los siglos precedentes y perecederos. No hacer nada y esperar a que venga el viajero. Hace una semana me encontré un amigo que nada tiene que ver con Toledo, pero que había estado en Puy de Fou. “Es impresionante, con que vaya la mitad de lo que allí hay, será espectacular. Cualquier ciudad estaría loca por tenerlo”. Se llama Federico, es dentista y no tiene interés alguno en Toledo.

Podemos dejar la ciudad tal y como está, a expensas de que los salvapatrias clamen en Safont por las esencias y la puridad de la nadería, pero sería hacerles demasiadas concesiones. Creo que hay una gran mayoría de toledanos que ven bien que la ciudad se mueva, aunque sea a paso de paquidermo. Podemos esperar a que resuciten los visigodos y reconstruyan Vega Baja de nuevo. Pero mientras eso llega, disfrutemos de una ciudad fascinante como esta y metamos la radial a la intolerancia y el fanatismo.