Fue uno de los grandes logros de Juan P. Hernández Moltó durante su etapa como máximo mandatario de Caja Castilla La Mancha. En el año 2007, el expresidente firmaba un acuerdo “histórico” con Mapfre para la explotación y desarrollo conjunto del negocio de seguros de vida y planes de pensiones. Un convenio por el que las más de 500 sucursales de la caja de ahorro en aquel entonces, además de por otros canales de la entidad, se encargarían de comercializar unos productos financieros que hasta ese instante eran vendidos por la propia caja. El acuerdo establecía que ambas entidades compartirían al 50 por ciento la propiedad de la nueva sociedad reservándose Mapfre su gestión por tiempo indefinido.

El convenio suscrito, por el que Mapfre abonó 154 millones de euros, fue calificado por el expresidente de la extinta entidad financiera como “el paso más estratégico que hemos dado desde el nacimiento de CCM”. Una asociación en materia de seguros de vida y planes de pensiones en la que Hernández Moltó puso un especial interés fraguado tras meses de intensas negociaciones.  Un acuerdo que permite en la actualidad a CCM Vida y Pensiones gestionar una cartera de unos 850 millones en seguros de vida y otros 370 millones en pensiones.

Durante estos diez años Liberbank se ha venido desvinculando, liquidando, o descapitalizando todo el desaguisado heredado de la que fue entidad financiera de referencia en Castilla-La Mancha, y primera caja intervenida por el Banco de España tras el estallido de la crisis en este país. Ahora anuncia hacerlo con el “paso más estratégico” de su etapa anterior. La intención de Liberbank es integrar definitivamente a CCM cuando se cierre, previsiblemente el año próximo, el Esquema de Protección de Activos (EPA) por el que el Fondo de Garantía de Depósitos aportó en su día 2.475 millones de euros.

Una vez producida esta fusión, y Liberbank adquiera el 25 por ciento que el banco no compró cuando fue privatizado y que sigue en manos de una Fundación,  CCM desaparecerá definitivamente como banco. Simultáneamente, quedara también finiquitada su relación con Mapfre previo pago del 50 por ciento propiedad de la compañía de seguros. Una cartera que previsiblemente pasará a ser gestionada por AEGON a través de Liberbank Vida y Pensiones, con la que el banco asturiano mantiene un acuerdo similar de banca seguros.

Concluirá entonces un lamentable y triste suceso para esta tierra iniciado en la tarde del domingo 29 de marzo de 2009 cuando los teléfonos del Banco de España y del Ministerio de Economía comenzaron a echar humo. En ese momento, Caja Castilla La Mancha se encontraba en tal situación que cabía el riesgo cierto de que, tras la apertura de sus oficinas el día siguiente, se produjese una retirada masiva de depósitos con la consiguiente quiebra de la entidad y grave perjuicio para sus clientes.

Unos desgraciados acontecimientos consecuencia de una nefasta gestión que obligaron al Gobierno de este país a la urgente intervención de CCM. Un proceso que previsiblemente concluirá el año próximo con la total desaparición de la entidad, no sin antes haber dejado en la calle a muchos trabajadores, clientes desatendidos, oficinas cerradas, y pérdidas millonarias. Un lamentable e indeseable proceso que siempre será recordado en esta tierra, y que formará parte de la historia más despreciable y condenable de Castilla-La Mancha. Unos hechos protagonizados por un equipo de ineptos directivos que ofrecían alegremente favores a “personas y empresas determinadas”, constituyendo un “delito continuado de falsificación de documentos”, conforme sentenció en su día el Tribunal Supremo.