Digital Castilla

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Castilla la mancha RAÚL DEL POZO, PERIODISTA Y ESCRITOR

"Sánchez le hará la vida imposible a Rajoy pero con Page no llegará la sangre al río"

25 mayo, 2017 00:00

El periodista conquense Raúl del Pozo (Mariana, 1936), maestro del oficio sin haberlo querido y por méritos propios, recibirá el próximo 31 de mayo, Día de Castilla-La Mancha, la Medalla de Oro de la comunidad autónoma. Está inquieto por ello y no lo oculta: él debe de ser el único que dude si su discurso estará a la altura. No quiere defraudar a sus paisanos que ahora le reconocen de manera institucional, a las gentes con las que compartió niñez y adolescencia en la serranía conquense, donde comenzó a levantar los cimientos de su vocabulario, certero y heterogéneo, que le ha hecho triunfar, junto a su entrenado olfato periodístico, como informador, escritor, analista político y tertuliano multimedia. Le han llamado "El último pistolero" y así ha querido titular su libro más reciente, que reúne una selección de las mejores columnas que, como heredero del espacio en blanco que dejó Francisco Umbral, ha publicado en la contraportada de El Mundo durante los últimos años. Hablar con Del Pozo es aprender de periodismo y de vida, que vienen a ser dos cosas muy parecidas. Sin pedanterías.

 

Pedro Sánchez ya es 'El renacido'. ¿Y ahora qué?

Vivimos un momento de mucha crispación y la elección de Pedro Sánchez, que ha sido democrática, abierta y limpia, lo complica todo mucho más. Pedro Sánchez es un enemigo encarnizado de Mariano Rajoy y le va a hacer la vida imposible. Ya se la hizo durante un año, cuando tuvo parado al Estado, y ahora lo puede volver a hacer.

 

¿Corre peligro el Gobierno de Mariano Rajoy?

Se le acumulan todos los problemas pese a su serenidad galaica. Por un lado Pedro Sánchez, por otro la moción de censura y por otro la sublevación de Cataluña, que algunos dicen que es un golpe de estado pero yo no lo creo así. Esto se arregla con la Ley de Seguridad Ciudadana y no hace falta ni siquiera el artículo 155 de la Constitución. Desde luego, algo tiene que hacer el Gobierno con el problema de Cataluña.

 

¿Qué pecados ha cometido Susana Díaz para ser condenada al fracaso?

Seguramente estemos en una burbuja y no seamos conscientes de que hay un inmenso país que no conocemos, donde hay gente que ha elegido la senda del populismo por su descontento con la democracia representativa. Pedro Sánchez está planteando que la política socialdemócrata consiste en echar al que tiene mayoría suficiente para gobernar. ¿En qué país vivimos?

 

¿Aprovechará Podemos la coyuntura para dinamitar el sistema actual?

Estamos metidos en un laberinto y ha vuelto cierto guerracivilismo, pero lo más importante es que no ha sonado un tiro, ni falta que hace. Ya nadie quita importancia a Podemos, como ocurría al principio. Ahora tienen su espacio en el Parlamento y en la calle. Pablo Iglesias es la bandera del descontento y sus cinco millones de votantes son los que estaban hasta las narices de lo que estaba pasando en el país y de la corrupción. Desde luego, la realidad le está dando la razón.

 

¿Ser corrupto en España sale a cuenta?

En España siempre ha habido corrupción. Los Austrias llevaron al patíbulo a primeros ministros y a favoritos. Pero desde la llegada del capitalismo, la corrupción en España ha sido trujillesca, propia de las dictaduras latinoamericanas. La corrupción en España es extensísima y profundísima pero, desde luego, está habiendo una catarsis. La Democracia está funcionando y el problema, más o menos, se está resolviendo. Los corruptos se están sentando en el banquillo y muchos de ellos están en la cárcel.

 

Usted conoce las profundidades del caso Bárcenas. ¿Se sabe toda la verdad?

Se sabe bastante pero se han borrado pruebas. Vi firmas, vi cheques, me hablaron de empresarios, de grabaciones... Todo eso se ha diluido, pero lo esencial del asunto está en los tribunales y se está juzgando. El caso Bárcenas, para mí, fue como estar picando en una mina y encontrar una veta de oro. Tenía dos testigos fundamentales que me daban información: un amigo de Bárcenas y su mujer, Rosalía, como "garganta de oro". Naturalmente, empecé a contar cosas que tuvieron un gran eco y, en esa época, mis columnas empezaban en primera página.

 

¿En el periodismo también hay corrupción?

No sé si la habrá pero yo, desde luego, no la veo. Lo que hay en el periodismo es precariedad. Vivimos una época de menester. Hay bastante libertad pero lo que falta es dinero. Muchas generaciones de jóvenes están escribiendo casi sin cobrar. Se está explotando a la gente porque no estamos organizados y eso es algo espantoso.

 

¿Sigue habiendo censura?

¡La censura es algo del siglo pasado! A mí llevan muchos siglos sin quitarme una línea. La mayor censura, actualmente, es la falta de dinero. Cuando los periódicos no tienen contabilidad para desarrollarse adecuadamente están más temerosos y tienen un espacio más reducido de libertad.

 

¿El periodismo se estudia o se aprende?

Lo mejor es pasar todas las partes. Estudiar el oficio en las universidades y aprenderlo en las redacciones y en la vida. Los periodistas tenemos que hablar con toreros, con presidiarios, con guiris, con golfos y con toda clase de gente. Las palabras son nuestro material de trabajo y el lenguaje es un turbión, un ruido que pasa por la calle y tienes que quedarte con él. Algunas veces he dicho de mí mismo que sido un ladrón de oído.

 

Y usted comenzó a robar palabras en Cuenca cuando era un niño...

Cuando iba a la escuela hablaba con pastores, con resineros... Aún decían "vide" y "truje". Aquello era un castellano arcaico pero resplandeciente, que sonaba como suenan los clásicos. La mayor lucha de mi vida es que no se contamine el castellano tan maravilloso que aprendí en Cuenca cuando era niño.

 

¿Tiene pensado cómo va a ser su discurso el próximo día 31 de mayo cuando reciba la Medalla de Oro de Castilla-La Mancha?

¡Estoy un poco nervioso! ¡No sé qué coño decir! Es una ocasión muy importante y quisiera decir cosas que conectaran con mis paisanos, mis amigos y mis familiares. Es algo muy difícil.

 

Esta Medalla de Oro se la otorga el Gobierno de Emiliano García-Page. ¡Menudo momento más complicado para él!

Adriana Lastra ya les ha dicho a los barones que pidan disculpas o que se vayan. Yo creo que la sangre no llegará al río. A Emiliano García-Page no le ha elegido Pedro Sánchez sino los ciudadanos de Castilla-La Mancha. A mí me parece un buen presidente y lo que tiene que hacer es ir toreando con la geometría variable y apoyándose donde pueda para seguir gobernando. Si tiene presupuestos, que los prorrogue.

 

¿Page es el nuevo Bono?

Puede que Page siga la estela de Bono, pero tiene su propia personalidad. A mí me parece un buen político. Bono convirtió un rodal del mapa en una comunidad articulada, próspera y avanzada. Hemos pasado de los burros y de los camiones que bajaban madera de la sierra a una sociedad muy avanzada y muy bien comunicada. Es verdad que se han perdido derechos en estos años de recesión pero, desde luego, Castilla-La Mancha ya no tiene nada que ver con lo que yo recuerdo, con la gente trabajando de sol a sol por una miseria. Eran verdaderos esclavos y cuando eran viejos no tenían un duro. Eso lo ha traído la Democracia, Europa y la España de las autonomías, que ha dejado muchas malas consecuencias pero también ha tenido grandes aciertos.

 

¿Qué titular le dedicaría a María Dolores de Cospedal?

Me gusta mucho cuando pasa revista a las tropas porque tiene mucho empaque. Parece una generala. Es una persona a la que conozco bien y en la cercanía es muy agradable.

 

Quiero pedirle un favor para terminar. No se jubile nunca.

¡Jubilarse es de cobardes! Me han llamado "El último pistolero" y hay que morir con las botas puestas, aunque estés rodeado. Ja, ja, ja.