La Pregunta

¿Están siendo tranquilas las primarias del PP-CLM o es solo apariencia?

21 septiembre, 2018 00:00

Carlos Velázquez y Paco Núñez en la feria de Guadalajara con Guarinos, Román y Robisco

Apenas quedan seis días para que finalice la campaña de primarias que lleva a cabo el PP de Castilla-La Mancha para elegir nuevo presidente regional en sustitución de María Dolores de Cospedal y todo está transcurriendo con absoluta normalidad, como si los “populares” no hubieran hecho otra cosa en su vida que practicar este sistema de democracia interna. De las jornadas transcurridas apenas hay nada que llame la atención, y menos aún que haya supuesto algún tipo de enfrentamiento abierto entre los dos candidatos: El albaceteño Paco Núñez y el toledano Carlos Velázquez. Cada uno está centrado en su propia campaña y lo más lejos que han llevado su rivalidad ha sido a la hora de establecer el grado de pablocasadismo de cada uno. No reniegan de Cospedal, sobre todo Paco Núñez, que la cita con frecuencia, pero tienen mucho interés en hacer ver a los militantes que cuentan con el apoyo de Pablo Casado.

En principio parece que Casado no se va a pronunciar por uno o por otro, aunque sí podría hacerlo alguien de su equipo. Lo cierto es que el presidente nacional del PP, que conoce a los dos candidatos y que en distintos momentos ha tenido contacto con ellos, además de una buena relación, estará detrás de quien esté la dirección regional. Es decir, que aquél a quien apoya Cospedal es lógico que cuente también con el apoyo de Casado si nos atenemos al pacto de colaboración mutua con el que llegaron al Congreso nacional. Y eso a pesar de que los que votaron en Castilla-La Mancha a Pablo Casado, frente a Cospedal y a Soraya, parece que forman el grueso del apoyo con el que cuenta ahora Carlos Velázquez con vistas a la votación del próximo día 27.

Que los dos candidatos estén dándose un trato público exquisito no impide que haya una marejada interna soterrada en la que se mueven hilos, se reparten consignas, se lanzan mensajes envenenados, se difunden falsos rumores o se buscan aliados en el infierno. Los de Carlos Velázquez acusan a los de Paco Núñez de estar presionando de forma brutal a los suyos, de aprovecharse del aparato del partido y de representar una forma vieja de hacer política, la de un partido superado por el tiempo y las circunstancias. Dicen que todo vale con tal de seguir dirigiendo la organización los que tantos años llevan haciéndolo.

Por contra, desde las filas de Paco Núñez acusan a los contrarios de querer presentarse como los candidatos de la militancia cuando llevan el mismo tiempo que los demás perteneciendo al aparato de dirección, de dividir al partido –sobre todo en la provincia de Toledo- o de utilizar el nombre de Casado y de Cospedal de forma torticera. Se espantan además de que están resucitando a los “muertos” de los tiempos de Molina. Y creen ver sobre todo que Carlos Velázquez es el candidato de Page, que le estaría apoyando indirectamente a través de medios afines al PSOE. No es raro que Page vea con más simpatía la candidatura de Velázquez sabiendo que Paco Núñez es el candidato de Cospedal y que el triunfo del alcalde de Seseña supondría un duro correctivo para la actual dirección y, en consecuencia, un grave problema interno para el PP que favorecería los intereses electorales de los socialistas castellano-manchegos.

En definitiva, no hay nada grave ni fuera de lo normal en esta campaña de aparente guante blanco que protagonizan los dos jóvenes alcaldes que ayer coincidieron en el pleno de las Cortes regionales como si no pasara nada. La procesión iba por dentro y Carlos Velázquez tuvo que hacer algún malabarismo para no tensionarse ni tensionar a sus compañeros de bancada, que apoyan de forma unánime a Paco Núñez. Un mal trago para todos.