La Pregunta

¿Por qué en el ayuntamiento de Albacete están demostrando una gran talla política?

5 julio, 2017 00:00

Si no surge ningún imprevisto de última hora, Manuel Serrano será elegido este miércoles alcalde de Albacete con los votos a favor de su propio partido, el PP, y de Ciudadanos. El resto de grupos, PSOE y Ganemos, votarán a sus respectivos candidatos, con lo dejan el camino expedito para que la sucesión de Javier Cuenca se produzca de forma natural y sin que se desestabilice el gobierno de la ciudad en el meridiano de la legislatura. El concejal no adscrito no ha desvelado el sentido de su voto pero ha hecho una propuesta absolutamente inasumible que le llevará probablemente a la abstención. Su voto no tiene valor porque ninguno del resto de los grupos estaba dispuesto a contar con él.

Aunque algunos en el PSOE vieron en la dimisión de Javier Cuenca la oportunidad de hacerse con la alcaldía basándose en una supuesta necesidad de echar al PP del Gobierno, lo cierto es que tanto desde la dirección regional de los socialistas castellano-manchegos como desde otros ámbitos del partido entendieron desde el primer momento que debían dejar que el PP siga gobernando. Por dos razones esenciales: Porque no podían comportarse como unos oportunistas carroñeros que aprovechan la enfermedad de un alcalde para asaltar el poder y porque la gestión del equipo de gobierno de Javier Cuenca ha sido positiva y ha contado, siempre que ha podido, con el consenso del resto de la Corporación. Puede que el portavoz municipal del PSOE, Modesto Belinchón, haya albergado en algún momento el deseo y la posibilidad de ser el nuevo alcalde de la capital más importante de Castilla-La Mancha, pero en el fondo sabía que cualquier pacto de gobierno pasaba por la unión en un mismo proyecto de Ganemos y Ciudadanos, una alianza de todo punto imposible.

Pese al postureo de PSOE y Ganemos, al final se ha impuesto la cordura y todos, en un ejercicio de responsabilidad política y ciudadana, van a votar a quien tienen que votar. Manuel Serrano será un digno sucesor del buen hacer y de las políticas de Javier Cuenca, en las que ha participado de forma activa y con acierto en todo su desarrollo, lo cual ha quedado de manifiesto por la decisión del PP provincial y regional de saltarse puestos anteriores de la lista electoral para dejar en sus manos la alcaldía. La suerte está echada.