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Crítica sin piedad desde el entorno del PSOE al alcalde socialista de Azuqueca, rival de Page

10 agosto, 2017 00:00

Pocas veces hemos leído un alegato tan duro, tan extenso y tan bien argumentado como el que ha hecho la guadalajareña Teresa Luengo Rodríguez contra el alcalde socialista de Azuqueca de Henares, José Luis Blanco. Luengo Rodríguez, que conoce en profundidad la actualidad del PSOE alcarreño y de sus protagonistas, ha subido a su cuenta de Facebook una larga reflexión en la que critica sin piedad y con conocimiento de causa al que ya se ha presentado como posible rival de Emiliano García-Page a la secretaría regional del PSOE, el alcalde azudense José Luis Blanco, uno de los socialistas que más han destacado en la región en la defensa de Pedro Sánchez, al menos en la última convocatoria de primarias. Después de este varapalo dudamos de que Blanco se atreva a rivalizar con Page.

Pese a su extensión, y por su interés y actualidad, ofrecemos íntegra la publicación de Teresa Luengo:

“Llevo días pensando si publicar o no un texto que escribí casi como un autómata cuando leí la noticia de que José Luis Blanco estaba pensando presentarse a liderar el PSOE de Castilla-La Mancha. Hoy lo he releído y me he dado cuenta de que está escrito desde las entrañas (no desde las vísceras) y que no hay ningún motivo para ocultar lo que pienso y menos aún lo que siento. Así que, allá va. Es largo, como siempre que me pongo a escribir reflexiones.

Se dice habitualmente que una imagen vale más que mil palabras. No lo sé. Creo que no siempre es cierto. Sí creo que a veces una imagen puede generar mil palabras para hablar de ella. O más. Y desde luego, mil pensamientos y mil recuerdos.

Ha sido mi caso al ver la fotografía que en estos días acompaña la noticia de que el alcalde de Azuqueca se plantea presentarse como candidato a la Secretaria General del PSOE de Castilla-La Mancha. Esa foto en la que se le ve con una gran sonrisa junto a Emiliano García-Page y Pedro Sánchez en un acto de la campaña de las municipales, en Azuqueca.

Fue ese acto el 27 de abril de 2015 en el Centro de Ocio Río Henares. José Luis Blanco era candidato a la Alcaldía de Azuqueca. Era entonces alcalde Pablo Bellido. Alcalde y secretario provincial. ¿Se han preguntado por qué teniendo cargos tan relevantes no aparece él en esa foto y en prácticamente ninguna de ese acto? Yo, que lo viví de cerca, lo sé bien y necesito contarlo.

El PP de Azuqueca había presentado meses antes una denuncia por las obras realizadas en el Espacio Joven Europeo de Azuqueca. De una manera completamente incomprensible, el juzgado de instrucción número 3 de Guadalajara citó a declarar a un grupo de personas vinculadas con el desarrollo de esta obra: un técnico municipal, responsables de la empresa, el entonces concejal encargado de gestionar esa obra, que no era otro que José Luis Blanco, y el entonces alcalde, Pablo Bellido. Todas estas personas estaban, pues, imputadas. Repito: TODAS.

Sin embargo, corrió como la pólvora que el imputado era el alcalde de Azuqueca. Él, en un acto más de generosidad sin límite, lo quiso así. Y lo quiso para proteger al candidato a la Alcaldía. A José Luis Blanco. Hizo algo que pocas personas hubiesen hecho y lo hizo, además, sabiendo que la gestión de esa obra la llevó a cabo José Luis Blanco, que no contestaba a las preguntas formuladas por la oposición a pesar de que en todas las reuniones de equipo el alcalde pedía que se respondiese a todo porque nada había que ocultar.

Insignificante al lado de Bellido

Así, Pablo Bellido cargó con un juicio mediático que no le correspondía, porque a él se le llamó a declarar únicamente por presidir la Junta de Gobierno Local, que lo único que puede hacer, sin prevaricar, es aprobar lo que los informes que llegan a ella dicen que hay que aprobar. El PP de Cospedal y su caverna mediática se cobró así una suculenta pieza: la de la persona que había desacreditado a la aniquiladora del Estado de Bienestar en Castilla-La Mancha. Era tal el botín, que se olvidaron de hablar del candidato a la Alcaldía. Era insignificante al lado de Pablo Bellido. Hasta para eso lo era.

Pablo Bellido aceptó ser aniquilado para proteger a José Luis Blanco. Y eso dice tantas cosas buenas de él como malas dice de José Luis Blanco que lo aceptara. Pablo Bellido dio ruedas de prensa, ofreció todos los documentos que tenía, hizo entrevistas, escribió post, todo lo que estaba en su mano para explicar que no había nada que ocultar. Pablo Bellido soportó insultos de toda índole, descrédito, desprecios. Lo hizo sin implicar nunca a José Luis Blanco y, por su puesto, sin que éste nunca hiciese ni siquiera amago para que las cosas fuesen de otra manera.

José Luis Blanco aceptó la protección que le brindaba Pablo Bellido. Se alejó de la polémica, argumentando que él era el candidato. Cuando Pablo se apartaba de su lado en una foto, en un acto, en un mitin, él no reivindicaba su figura o su presencia, como sí hizo por ejemplo Emiliano García-Page, que le mostró su apoyo desde el principio también públicamente porque puso por delante lo personal a lo político.

Por eso Pablo Bellido no sale en esa foto: porque él se apartó generosamente y porque José Luis Blanco lo aceptó egoístamente. En aquel acto, Pedro Sánchez, no sabía que estaba elogiando a un candidato imputado. Si lo hubiera sabido, es posible que la historia hoy fuese de otra manera, porque era aquel el momento en el que más se hablaba de regeneración política y de apartar a candidatos imputados.

Blanco calló su imputación

De hecho, Pablo Bellido no fue candidato a las Cortes por Guadalajara porque él no quiso dañar al partido. Y también renunció a ser candidato al Congreso, a pesar de haber sido elegido de manera apabullante por la militancia de la provincia. José Luis Blanco, sin embargo, calló su imputación, de la que no empezó a hablarse de verdad hasta 3 días después de aquel acto en el que el Diario ABC publicó a toda página esto para desacreditar a Pedro Sánchez y al PSOE.

El proceso vivido tras la imputación de Pablo Bellido fue muy doloroso para todas las personas que le queremos, que somos muchas. Pero sirvió también para colocar a cada persona en el sitio que se merece si atendemos a sus valores. A pesar de todo el descrédito al que le sometieron los medios de comunicación del PP, la gente de Azuqueca apoyó a Pablo de manera mayoritaria. Al PP se le volvió en contra la denuncia, un hecho bastante insólito por cierto que sólo se explica desde el profundo cariño y respeto que despierta Pablo, y le llevó a sacar el peor resultado que se recuerda en unas municipales en Azuqueca.

Cuando eso empezó a ocurrir, cuando José Luis Blanco se dio cuenta de que Pablo Bellido estaba muy lejos de ser un cadáver político, se abrazó a él. José Luis se percató de algo que se palpa paseando una hora por Azuqueca: que a Pablo le quiere la gente. Hubiera perdido las elecciones con contundencia de no ser por un hecho cierto e incuestionable, como es que esas elecciones las ganó para José Luis Blanco Pablo Bellido y su equipo.

José Luis Blanco rentabilizó el proyecto increíblemente transformador y de izquierdas que se llevó a cabo en los años anteriores. Pablo Bellido y su equipo se dejaron la piel para que el PSOE ganase las elecciones en Azuqueca. Lo hicieron a pesar de que José Luis Blanco les despreció, les ninguneó y les apartó de un proyecto del que habían sido parte esencial. Síndrome de Procusto se llama a esa actitud que lleva a las personas mediocres a menospreciar a quienes tienen talento. Mi padre lo definía con un refrán popular: en el país de los ciegos, el tuerto es el rey. Pues eso, que nadie te haga sombra.

 

Ahora escucho o leo entrevistas a José Luis Blanco diciendo que se está pensando ser candidato a la Secretaría General del PSOE en Castilla-La Mancha porque la militancia quiere coherencia o porque hay que trasladar el proyecto de Pedro Sánchez a Castilla-La Mancha y me vienen a la cabeza muchas cosas.

¿Puede hablar de democracia alguien que fraguó un acuerdo con un trásfuga?

¿De verdad él cree que encarna esos valores? ¿Puede hablar de transparencia alguien que no contesta a la oposición, por ejemplo? ¿Puede hablar de democracia alguien que fraguó un acuerdo con un trásfuga en el Ayuntamiento de Azuqueca a espaldas del PSOE y que sólo se deshizo cuando se le obligó a hacerlo? ¿Puede hablar de escucha activa alguien que ningunea incluso a sus compañeros de equipo de Gobierno? ¿Puede hablar de coherencia quien sabiendo que estaban destrozando a un compañero de manera injusta dejó que cargase con la responsabilidad para salir indemne?

Yo creo que no. Y creo también que José Luis Blanco ha decidido oponerse a Pablo Bellido y a Emiliano García-Page no por principios, por valores o porque piense diferente a ellos. Se opone a ellos para ser alguien. Con gente valiosa, las personas mediocres no tienen hueco. Es más fácil abrírselos entre la mediocridad.

Soy consciente de que lo que digo molestará. Es mi opinión, apoyada en hechos y surgida de haber trabajado con José Luis Blanco durante ocho años. No es poco. Quizás me critiquen por haber escrito esto quienes sólo saben de él que apoyó a Pedro Sánchez. En las últimas primarias, claro. En las anteriores, no. Por el momento, me callo lo que decía de Pedro Sánchez por aquel entonces.

Por eso me sorprende que quiera liderar el PSOE de Castilla-La Mancha, oponiéndose además a la persona que nos libró de Cospedal y que está reconstruyendo con mucho esfuerzo todo lo que ella desmoronó en los cuatro años pasados. No puedo salir de mi sorpresa. No puedo. Espero que para liderar un proyecto se tengan en cuenta otras cosas que el haber apoyado a Pedro Sánchez o el haber desarrollado una más que comentada afición por la fotografía. Perdón, por salir en la foto”.